viernes, 8 de mayo de 2009


Evidencia, contingencia, ausencia, conciencia…concupiscencia… jajaja.A 7 días de encierro, recién el tiempo me llevo hacia afuera, a darme cuenta el encierro, clausura que vivimos como seres humanos, vivimos en cuarentena permanente, alejados de nosotros mismos, librando batallas o sin siquiera mirar los estallidos de recuerdos que llevamos dentro. El mundo como lo conocemos hasta ahora está cambiando, cambia para mi… recién me percato que he vivido mirando apenas una pequeña rendija de realidad, un pedazo de cielo que me ha permitido sentir la delicia del sentir, de estar viva, pero siempre en la mente, siempre por segundos… los seres humanos crecimos en el mundo de las ideas y si bien ahora dicen que todo es vibración y la más poderosa energía es la mental, yo siento que el entrar en el cuerpo y habitarlo permitiendo que el instinto primigenio nos invada es la respuesta al siguiente paso, somos, estamos, pensamos, sentimos, pero todo a medias, sobrevivimos, desde dentro intentamos comunicar, transmitir y aclarar un poco los torbellinos que nos desgarran las entrañas… de una y otra forma la humanidad ha crecido gravemente herida, algunos por hambre, otros por injusticia, otros por abuso, otros por ausencia, pero la mayoría crecimos en el abandono de nosotros mismos, con un profundo miedo a conectarnos con lo que realmente somos, algunos… la mayoría sin la posibilidad de preguntárselo, otros con la culpa de poder soñar con la evolución, con la ascensión a las profundidades…Siete días de encierro… ¿Quiénes o que somos? Vamos siendo momento a momento, y me siento como atrapada desde dentro, la conexión real con otro ser humano ha sido siempre un momento de revelación de sentir que existo y existes. Podemos arriesgarnos a mas… a estar aquí realmente, a aullar, a gritar y abrir los ojos, lo que duele tiene que salir, la tierra tiembla porque todos temblamos de dolor, de heridas mal curadas que precisan abrirse y sanarse nuevamente, conectar moléculas, átomos, recuerdos y lograr ser… solo ser… sentir… dejar atrás el miedo.Era digital… dejemos que los dedos comiencen la danza y volvamos a los bailes en el bosque, brinquemos alrededor del fuego, atentos a la noche, al silencio que brota en colores, la voz rojo carmesí nutriéndonos, podemos darnos uno a uno lo que necesitamos, vamos desde el rojo sanando el instinto y nos conectamos con lo más profundo del planeta, hasta que un naranja tornasol brota de nuestro vientre y deja ese olor mandarina fértil en todo el lugar, amarillo sol, amarillo viento que limpia la mente y las emociones abre nuestro pecho, respira…. Una flor verde esmeralda se abre en el corazón, pequeños pétalos rosas la protegen, nuestra garganta pide nubes azul cielo, las tomamos con nuestras manos y soltamos un grito que deja salir un arcoíris por nuestros oídos, los ojos se cierran… índigo… violeta, gira en el entrecejo… somos lo que soñamos… somos… blanco sale de nuestra cabeza…. Somos todos… somos nada…

martes, 9 de enero de 2007


Los sentidos nos crean, nos dan vida. Ser, sentir...
Cada ser encuentra su lenguaje, busca su lugar en este espacio. Yo.
Cierro los ojos, siempre que me pierdo, mi cuerpo comienza a vibrar, la espalda se convierte en un millon de ahujas de arena que se destruyen y se recrean a cada instante, los hombros se hunden y puedo volar hacia dentro, antes creia que esta sensacion de escalofrio me la dejaba el desamor, la desdicha, pero hoy descubri que es mi ritual de vuelta a mi, mi forma de reecontrarme con mi cuerpo y fluir. Los oidos escuchan, el cuerpo siente, los ojos miran, pero al cerrarlos todo esta vivo, puedo sentir su vibracion, veo con mi sentir, siento zonar, ese es mi sexto sentido. La energia que fluye de todo y nos conecta, esta el tiempo, esta el viento, el fuego, ¿que dimension sera esta que me transporta hacia donde deseo? ¿que nombre le doy a mi lenguaje? ZONAR.
Resonamos en el tiempo, hasta encontrarnos con el silencio mas profundo, simple como el ir y venir del mar, como las alas que siempre tuvimos desde niños y aprendimos a guardar, escribo de mi, con tres diez en mi vida, comienzo a reconocerme, vuelvo a estar, a zonar.
ETIANA